viernes, 31 de agosto de 2018

Recomendaciones para la prevención de ahogamientos infantiles (0 a 3 años)

Los menores de entre 2 y 4 años son quienes sufren las peores consecuencias de la que ya es la segunda causa de muerte infantil en España. 

Según se recoge en las Recomendaciones sobre la prevención de ahogamientos publicadas en los Anales de Pediatría, de la Asociacón Española de Pediatría: El ahogamiento supone la segunda causa de muerte accidental en menores de 19 años en Europa. Las condiciones climáticas en España permiten un amplio periodo de contacto con el agua, aumentando el riesgo por mayor exposición y constituyendo la segunda causa de mortalidad accidental en menores de 14 años. Los ahogamientos en menores de 5 años se producen sobre todo en piscinas particulares o de comunidades privadas

Por ello el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría proporciona una serie de recomendaciones para prevenir este tipo de lesiones. Debemos hacer enfásis en el caso de los mas pequeños en las siguientes prevenciones:

  • Los padres y cuidadores bajo ningún concepto deben dejar al niño solo o al cuidado de otro menor mientras esté en la bañera, piscinas, «spas» o cerca de cualquier boca de riego.
  • Vaciar cualquier recipiente con agua después de su uso, como por ejemplo los cubos de la fregona.
  • Los asientos de baño para bebés y lactantes nunca deben considerarse como un sustituto de la vigilancia por un adulto, pues se pueden escurrir a través de ellos.
  • Para prevenir ahogamientos en los inodoros, no se debe dejar a los niños pequeños en el cuarto de baño sin supervisión.
  • Cuando bebés o niños pequeños estén dentro o alrededor de agua, bien sea piscina o cualquier superficie abierta de agua (lagos, mar, ríos, etc.), deben de estar al alcance y supervisados por un adulto con experiencia
  • Cualquier piscina unifamiliar debería estar equipada con dispositivos de seguridad: cercado de protección, alarmas en el interior para detectar movimiento, alarma en el perímetro de infrarrojos, lona o estructura rígida que soporte el peso de un adulto sin que se hunda, entre otros.
  • Las clases de natación no son una garantía para prevenir los ahogamientos, sino una estrategia más en el contexto de un abordaje multifacético que además incluye un cercado efectivo, adecuada supervisión por un adulto y experiencia en maniobras de RCP.
  • Los padres deben enseñar a sus hijos a que no naden nunca sin la supervisión de un adulto.
  • Los flotadores hinchables no son recomendables. Además los niños y niñas pequeños así como cualquier menor que no sepa nadar debe llevar un chaleco salvavidas siempre que se encuentre a orillas de un medio acuático (río, mar, lago, embarcación e.t.c).
  • Tirarse de cabeza en el agua puede producir lesiones graves. Los padres deben conocer la profundidad antes de permitir que los niños salten al agua. En todo caso, debe recomendarse que los niños se tiren al agua con los pies primero.
  • Elegir zonas supervisadas por socorristas en zonas abiertas.
  • Los padres nunca deberán disminuir el nivel de vigilancia de sus hijos, a pesar de las medidas de seguridad adoptadas.

La supervisión o vigilancia de cualquier niño que se encuentre próximo a cualquier entorno acuático, bien sea piscina, bañera, playa, cubos con agua, etc., es una estrategia esencial en la prevención de los ahogamientos. Entendiendo como vigilancia adecuada cuando la distancia al menor es inferior a la longitud del brazo del cuidador, es decir, tenerlos al alcance.

Para ver y descargar Recomendaciones sobre la prevención de ahogamientos, puedes hacer clic aquí

Foto: Diario ABC.